domingo, 28 de febrero de 2016

Acoso escolar

      Acoso escolar o Bullying en su término inglés es un tema muy de la actualidad, por la proliferación de casos algunos con final bastante desgraciado como el del suicidio de dos niños víctimas del mismo.
   Abordar el acoso pasa por:
     . El colegio que debe detectar los abusos hacia las víctimas así como las señales de sufrimiento de los niños (retraimiento, bajada del estado de ánimo, retrasos o absentismo, tareas sin terminar, bajada del rendimiento...)  También hacer campañas de prevención para concienciar en el respeto y en la no violencia, tanto para los posibles agresores como sus aliados; y también para los agredidos que muchas veces piensan que no pueden avisar de su situación porque no tiene solución o serán peores las represalias, incluso a veces creyendo que se lo merecen (lo que comúnmente se conoce como baja autoestima).
    . Los padres que deben de estar alerta de las señales sutiles de que sus hijos están sufriendo y algo no va bien.  Dejar a los hijos expresarse y contar todo lo que quieran, intentando no parar su discurso con frases como "No tienes que darle importancia", "quizás solo era broma"... que le hacen pensar al niño que tiene que aguantar lo que le está pasando porque si no es ser un "quejica".  Le cuesta expresar lo que le pasa, y al oir a ese padre o madre (también le puede pasar a un maestro) que piensa "seguro que es una tontería, a mi hijo eso no le puede pasar" corta sin querer el dicurso del chico, y la posibilidad de que tenga a quien contarlo.   A veces con la buena intención pasamos cosas por desapercibidas que los hijos se "mueren de vergüenza de contar" y se lo ponemos más difícil.

       En cuanto al agresor -sin quitar para nada su culpa moral y/o penal, y el castigo conveniente - hay que ver qué está pasando para que se comporte de esa forma con un igual.  En la mayoría de ocasiones hay un sentimiento de poca valía y frustración, que siente que se le alivia cuando humilla y golpea a la víctima.  La angustia ante su propia diferencia que ve reflejada en el otro (mecanismo humano por excelencia, el verse en espejo) le hace atacarlo.  Ataca al que tiene una diferencia, ya sea visible (gafas, ortopedia...) o más sutil (no le gustan los juegos típicos...) y así libera su angustia en la víctima.

     El resto de la pandilla, que apoyan al agresor, lo ayudan y lo jalean, unas veces se sienten identificados al líder (el agresor) al que envidian, quisieran ser como él: otras sólo sienten verdadero terror de no estar en el grupo de los "guays" lo que los llevaría al grupo de los "raros", los "frikis", e inmediatamente a ser víctima de ese acoso.

     Respecto a la víctima, hay que ayudarla, en principio dándole el apoyo a que nos pida ayuda y a que esto tiene salida.  Por otro lado, desde la terapia, ayudarlo a que pueda variar esa característica de personalidad que le lleva a "ser una víctima fácil del sadismo de otros", como nos afirma Jose Ramón Ubieto.
       En su blog podéis leer más post sobre el tema y una referencia al libro que acaba de sacar a la luz:

Libro: "Bullying .Una falsa salida para los adolescentes"

José Ramón Ubieto (ED.), Ramon Almirall, Lourdes Aramburu, Lidia Ramírez, Enric Roldán, Francesc Vilà.    Prólogo de Joan Subirats
NED Ediciones. Barcelona, 2016